martes, agosto 14, 2007

EMPRESAS QUE CUIDAN A SUS EX EMPLEADOS


He leído con interés el artículo de Cinco Días: Empresas que miman a sus ex empleados. El diario explica la práctica habitual de algunas empresas, como Deloitte, de mantener vínculos con sus ex empleados. Se trata de alimentar la relación para que no se pierda. Para ello se celebran actividades, reuniones, se organizan páginas web exprofeso para estos colectivos…Todo un alarde de interés. Todo ello contrasta con la visión clásica del trabajador que se va o “le van”, echando pestes contra la empresa, mientras esta trata de minusvalorar su trabajo, como si nunca hubiese sido empleado de la misma.

Lo cierto es que en España estas prácticas parecen circunscribirse a las empresas de servicios profesionales (abogados, consultores, auditores) de gran tamaño. Y son fundamentalmente multinacionales de origen foráneo. Es una pena que el ejemplo no cunda, extendiéndose por nuestra piel de toro. Ya puestos a copiar, copiemos las buenas prácticas y no las simulaciones contables enronianas.

El artículo señala el networking como el fin último que mueve a las empresas. Los ex empleados, especialmente aquellos que abandonan esas firmas de servicios profesionales, pueden, y de hecho son, una gran fuente de negocio para sus ex empresass. Desde sus nuevos destinos adjudican contratos a sus ex y les mantienen informados sobre el pulso del mercado. Algunos pueden pensar que precisamente por esta finalidad es por lo que resulta más difícil aplicar el modelo a otros sectores. Es relativamente fácil mantener el buen rollo cuando el auditor externo se convierte en Director Financiero, o cuando el consultor externo se convierte en Director de Producción de la empresa cliente. La empresa y el ex empleado se encuentran en planos de mercado diferentes, donde la colaboración, y no la competencia, surgen como algo natural.

Sin embargo, creo que sí que se puede llevar a otros campos de alta rotación. Como la Banca, la Distribución, la Publicidad etc…:

  • En primer lugar, asumiendo como algo natural que el que se va tiene derecho a competir con su ex empresa. Pero si se mantienen los vínculos afectivos, esa competencia será sana, natural, y no descarnada, perjudicando en última instancia a todos.
  • El segundo lugar porque surgirán oportunidades de coopetencia. El competidor puede ser en ocasiones nuestro mejor colaborador. No podemos llegar a todos los negocios, a todas las áreas, a todos los volúmenes. Es en este caso, donde las relaciones de confianza juegan un importante papel.
  • En tercer lugar por crear y mantener una imagen de marca. Quien no recuerda en la época dorada del yuppismo la referencia a los Arturos. O quien no ha temblado al saber que su empresa iba a ser reorganizada por McKinseys. Esa imagen de marca, de profesionales con valores culturales comunes, que en vez de hablar mal de su alma mater la prestigian y con ello se prestigian a ellos mismos, es algo que la empresa española tiene que potenciar. Los ex trabajadores salen ganando al reforzar su CV, diferenciándoles de otros, las empresas gana prestigio de marca, y en estos tiempos de escasez de talento, se convierte en un polo más de atracción. Incluso en algun momento, y eso es algo que tampoco se ve mucho en la empresa española, puede suponer el reencuentro profesional entre aquellos que un dia colaboraron con éxito.
  • En cuarto lugar, como diría Maslow, por saciar nuestra necesidad de pertenencia a un grupo, de ser aceptados. No hagamos de la ruptura algo innecesariamente traumático. En una empresa surgen relaciones personales, se comparten vivencias, se crece. Todo eso no puede echarse por el sumidero sin más. Conservemos ese capital emocional.
En determinados momentos los proyectos profesionales, económicos o personales de empresa y trabajador divergen. Gestionemos esa salida del mejor modo posible. Y del más rentable.

miércoles, agosto 08, 2007

CLIMA LABORAL


Madrid. (EP).- El buen ambiente laboral, seguido de la responsabilidad y autonomía en el puesto de trabajo y del reconocimiento dentro de la empresa, son los factores más valorados por los españoles para permanecer en su empleo y no salir en búsqueda de uno nuevo, según un estudio sobre satisfacción laboral y calidad de vida elaborado por la firma europea de búsqueda de profesionales Cátenon.

El cuarto motivo que alegan los españoles para ser 'fieles' a su puesto de trabajo es el dinero, el hecho de sentirse bien pagados. Ahora bien, en un cambio de trabajo el factor que más se valora es precisamente el aumento de sueldo, seguido de las posibilidades de promoción y desarrollo profesional, la responsabilidad y autonomía del puesto, el equipo humano y la flexibilidad en el horario. 

La directora de marketing de Cátenon, Cristina Villanueva, explica que cuando los trabajadores llevan un tiempo en su puesto y el ambiente es bueno, éste se convierte en un importante motivo de permanencia. Pero, al desconocer cómo serán los compañeros en un nuevo empleo, el trabajador, para convencerse del cambio, busca "un argumento tan tangible como una retribución económica más favorable". 

De hecho, el estudio de Cátenon revela que más de la mitad de los trabajadores españoles, en concreto el 54%, no está conforme con el sueldo que percibe. 

El informe también pone de manifiesto que casi siete de cada diez trabajadores se iría a vivir fuera de España si se le plantease una oportunidad profesional interesante. No obstante, la inmensa mayoría exigiría para ello un importante aumento de sueldo y volvería en menos de tres años. 

Asimismo, tres de cada cuatro españoles creen que para lograr una brillante carrera profesional habría que renunciar en gran parte a la vida personal. Casi la misma proporción de españoles (el 73%) estaría dispuesto a renunciar a parte de su sueldo para tener una mejor calidad de vida. 

Para poder conseguirla y organizarse mejor con su vida privada, a los españoles les gustaría tener más flexibilidad, ya sea mediante un horario flexible, distribuyendo libremente las horas de trabajo a lo largo del año u optando por el teletrabajo. 

Por su parte, los que son padres agradecerían que se facilitaran guarderías concertadas o que las hubiera en la propia oficina, así como que se establecieran unas bajas por maternidad y/o paternidad más largas.

martes, agosto 07, 2007

ALONSO VS. HAMILTON

No, no me olvido de la pareja de moda. Esta semana nueva payasada. Quizá deberían recordar ambos quien es su jefe, Ron Dennis lo es todo en la fórmula uno, por sus manos han pasado los mejores y esta pareja de niñatos parece que le quieren hacer la vida imposible.

Finalmente hoy, THE TIMES publica la siguiente noticia:

Fernando Alonso has been informed by Ron Dennis, the McLaren Mercedes team principal, that he can leave at the end of this season, well-placed sources have told The Times.

The Formula One rumour mill is in full flow over the future of Alonso after his role in the vain attempt to prevent Lewis Hamilton, his teammate, from taking pole position during qualifying for last weekend’s Hungarian Grand Prix.

Lo cierto es que THE TIMES  ya no es lo que era y la información podría ser cierta o  no. En todo caso sería triste gracia que entre los dos acabara ganando el campeonato Ferrari.

HAS ANY PM HAD A MORE DIFFICULT FIRST MONTH?


Many prime ministers have had to deal with serious crises upon taking office - but most of those could have been foreseen. Gordon Brown's first few weeks have been different 

If you eavesdrop outside No 10 you might hear a few f-words floating from the famous windows. Gordon Brown's first five weeks in office have been dominated by floods, foot and mouth and Islamist fundamentalism.
Since taking office, Brown has had to deal with an attempted terrorist attack, the worst floods for 150 years and, most recently, the possible return to the UK of a disease that cost £7bn last time round. Has any other PM been kept so busy so soon? 

Patrick Dunleavy, professor of political science at the London School of Economics, cannot recall another prime minister in the last 40 years who has had visitations from three, albeit very modern looking, horsemen of the apocalypse.

"My students recently did simulations of how governments react to crises and worked up deliberately absurd situations. They never came up with this, three crises in one month."
Brown's problems are certainly not on the scale of those faced by Winston Churchill - who came to power in 1940 to face the fall of France and the Battle of Britain - says Labour MP Gerald Kaufman, press officer to Wilson in the 1960s and government minister in the '70s. 

"But of peacetime prime ministers? No, I can't think of as difficult a first month. And, to be honest, if I can't, no one can." 

Vernon Bogdanor, professor of government at the University of Oxford, has a go, mustering one nightmarish first month to rival Brown's.

"[Clement] Atlee in 1945 had a bad time. Lend-lease ended immediately." The second world war was over but the UK was broke and the Americans wanted the money they had lent back.

"They didn't foresee how bad Britain's economy was. Nor that the Americans would end it so quickly." Roy Hattersley, a former deputy leader of the Labour party, agrees.

"Atlee didn't know, nor did the president of the US, that they were going to call back the money. That was a bigger political crisis than what Gordon Brown is facing." 

Lord Hattersley remembers one crisis days after the 1964 election when he first entered parliament.

"We found out two days after the polls closed that the Chinese had exploded an atomic bomb and I remember [Labour colleague Tony] Crosland saying to me that if it had gone off before the polls had closed we'd have lost the election."

Prof Bogdanor comes back with another example.

"[James] Callaghan's first autumn in power was difficult: he faced the collapse of currency, and the sight of Denis Healey [then the chancellor] called back from a conference in Manila to help is now famous." 

Sunny Jim is the prime minister whose tenure at No 10 might be uppermost in Gordon Brown's mind.

Callaghan was the only Labour chancellor before Brown to go successfully from the Treasury to No10.

But possible prototype premiership or not, Callaghan's crisis was months into the job. Of course, there have been bad first weeks in No 10 - but most of them were due to problems that had been big issues throughout the preceding election campaign: the troubles of 1974 made Wilson's first month tricky; Macmillan inherited Suez trouble from Eden.

But, says Prof Bogdanor, "there is no parallel period when so many unforeseen events hit a premiership so early. I think it is fairly unique." 

And that may end up being the point, says Anthony Seldon, biographer of Margaret Thatcher, John Major and Tony Blair.

"Gordon Brown is a very, very lucky man. I can't think of a luckier premier in his first six weeks.

"Thatcher's crises didn't happen till years into her premiership; Major had to cope with the Gulf war from the beginning but this was an American problem.

"Blair had a complete dream. Diana was a 10 out of 10 crisis. It had all the ingredients. It was heaven-sent." 

Tony Blair spent years agonising over what his place in the history books might be. 

In just over one month, Gordon Brown may have earned his place with the trickiest peacetime first weeks these historians can remember.